
A pocas semanas de la renuncia de su abogado defensor, el rapero y empresario Sean “Diddy” Combs se enfrenta a nuevas acusaciones que complican su situación legal. Además de las denuncias de índole sexual, Combs ha sido señalado por presunto abuso laboral hacia sus excolaboradores.
Según informes de fiscales estadounidenses, Combs habría obligado a sus empleados a trabajar jornadas extensas bajo amenazas. Las acusaciones sugieren que se utilizó la intimidación para forzar la participación en un supuesto “plan de tráfico sexual”.
Las denuncias también apuntan a que Combs y sus asociados mantenían el control sobre los trabajadores mediante “uso o amenazas de uso de fuerza física, daño financiero, psicológico y a la reputación”. En la querella presentada ante el Tribunal de Nueva York se especifica que “los empleados fueron llevados a creer que podrían perder sus empleos si no cumplían con las demandas de Combs”.
Uno de los testimonios más impactantes señala que un trabajador, bajo presión, se vio obligado a participar en actos sexuales con el artista. La identidad de esta persona se mantiene en el anonimato por razones de seguridad.
Por su parte, el abogado defensor de Combs, Marc Agnifilo, desestimó las acusaciones en un comunicado: “Muchos de los ex empleados de Combs están a su lado, preparados para dar fe de la dedicación, el trabajo duro y la inspiración que experimentaron mientras ayudaban a construir empresas innovadoras y galardonadas”.
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Los fiscales han informado que proporcionarán detalles adicionales sobre el caso antes del próximo 10 de marzo, fecha clave en el desarrollo del proceso legal.
La situación legal de Combs continúa intensificándose, en medio de un creciente escrutinio público y mediático.