Un giro significativo ha tomado el caso de la trágica muerte de Justin Santos Delanda, hermano del reconocido reguetonero Arcángel. El Tribunal de Apelaciones ha revocado la sentencia inicial que otorgaba arresto domiciliario a Mayra Enid Nevárez Torres, la mujer responsable del accidente fatal, y ha determinado que deberá cumplir una pena de 15 años de prisión. Esta decisión, hecha pública este miércoles a través de una sentencia de 22 páginas, ha sido celebrada por la familia de la víctima y ha generado un amplio debate sobre la justicia en casos de conducción bajo los efectos del alcohol.
La sentencia del Tribunal de Apelaciones, firmada por los jueces Gloria L. Lebrón Nieves, Nery E. Adames Soto y Beatriz M. Martínez Cordero, modifica la resolución previa dictada por la jueza Wanda Cruz del Tribunal de San Juan el pasado 30 de enero. Inicialmente, Cruz había sentenciado a Nevárez Torres a 15 años de restricción domiciliaria por causar el fatal accidente automovilístico en la madrugada del 21 de noviembre de 2021. En ese trágico incidente, Nevárez Torres condujo en contra del tránsito por el puente Teodoro Moscoso bajo los efectos del alcohol, impactando el vehículo en el que viajaba Justin Santos Delanda, quien perdió la vida a los 21 años.
Además de la restricción domiciliaria, la sentencia inicial incluía el pago de $10,000 al sobreviviente del accidente, Keven Monserrate Gandía, quien resultó gravemente herido, así como la suspensión de la licencia de conducir por cinco horas y la realización de 200 de servicio comunitario. Sin embargo, esta indulgencia generó una fuerte indignación, especialmente por parte de la familia de la víctima.
En su argumentación para revocar el arresto domiciliario, los jueces del Tribunal de Apelaciones enfatizaron la omisión en la sentencia inicial de la jueza Cruz al no tomar en consideración a las víctimas del delito. El documento judicial señala que la justificación para la restricción domiciliaria se basó en la ausencia de una prohibición explícita en la Ley de Tránsito para imponer esta pena alternativa y en el mandato constitucional de buscar la rehabilitación del delincuente, considerando el trastorno por consumo de alcohol que sufre Nevárez Torres.
No obstante, el Tribunal de Apelaciones fue contundente al señalar que la jueza de instancia no mencionó ni una sola vez a las víctimas en su resolución, a pesar de las expresiones de rechazo a la pena elegida manifestadas por estas a través del informe presentencia. Los jueces del Apelativo argumentaron que la sentencia inicial podría dar la impresión de que Nevárez Torres cometió un delito sin víctimas, cuando en realidad sus acciones criminales provocan la pérdida de una vida del joven y lesiones graves a otra persona, causando una tragedia irreparable.
La decisión del Tribunal de Apelaciones subraya la importancia de que los jueces no invisibilicen a las víctimas en los procesos judiciales, registrando el sufrimiento continuo de los familiares de Justin Santos Delanda y las dificultades que enfrenta Keven Monserrate Gandía tras las graves lesiones sufridas. Si bien reconocen el valor esencial de la rehabilitación del convicto, los jueces del Apelativo sostienen que priorizar únicamente este aspecto, sin considerar la justicia para las víctimas, constituye una concepción errónea del proceso penal.
La madre de Justin Santos, Carmen Rosa Santos, había manifestado públicamente su dolor e incredulidad ante la sentencia inicial, cuestionando desconsoladamente la decisión de la jueza. Por su parte, el reguetonero Arcángel ha utilizado sus redes sociales para expresar su frustración e indignación ante el sistema de justicia de Puerto Rico.
La determinación del Tribunal de Apelaciones de imponer una pena de prisión de 15 años se produce después de que el Departamento de Justicia iniciara de inmediato el proceso para apelar el beneficio de la pena alterna concedida a Nevárez Torres, argumentando que la ley de tránsito establecía una pena fija de cárcel para este tipo de casos, al no tratarse de un simple acto de negligencia. Esta no es la primera vez que el Departamento de Justicia logra revertir sentencias similares en casos de accidentes fatales de tránsito, lo que sienta un precedente importante en la búsqueda de justicia para las víctimas de la conducción bajo los efectos del alcohol.